------------------------------------------------------------------- Quironautas: 06/01/2011 - 07/01/2011

miércoles, 29 de junio de 2011

Historia de una hoja de bisturí

El comentario de @enferEvidente me ha hecho recordar lo que ha pasado esta semana en el quirófano en el que trabajo.
La necesidad de un sistema de comunicación de eventos adversos, la importancia de concienciar al personal para evitarlos y notificarlos si se producen y la gravedad a la que puede llegar uno de ellos es crucial para el buen desarrollo de cualquier servicio sanitario.
Os narraré una historia, con un poco de humor, para poner un ejemplo que sucedió esta misma semana:

 Érase una vez una hojita de bisturí que vivía plácidamente en su envase del número 21 del cajón de la mesa del quirófano de trauma, hasta que una mañana de Junio una enfermera le encomendó la misión que llevaba esperando toda su vida, la cirugía. 
Allá se fue valiente y tras dar su vida por el cometido para el que fue creada, esperaba paciente sobre la mesa de instrumental, sucia y exhausta por la labor realizada... sin embargo, en lugar de dar con sus huesos en el cementerio de las punzantes, como tantas veces le habían narrado en su envase del 21, nuestra amiga paso una experiencia bien distinta. 
De pronto, unas manos atolondradas la colocaron junto a muchas piezas de instrumental, estaba en medio de ellas, atrapada entre una maraña de pinzas. Pasado un rato, otras manos también despistadas, la introdujeron en una cesta, ya con algo mas de espacio, donde al rato recibió una buena ducha bien larga. Pero ahí no acabó todo, cuando ya se sentía seca, y parecía que el jaleo había terminado, volvieron a sacarla junto a sus ya compañeras las pinzas, y la colocaron sobre una mesa rodeada de ellas, de allí paso de nuevo a formar parte de ellas en un lugar cerrado y oscuro donde durante un buen rato hizo muuuuucho calor... allí permaneció, durante largos días, hasta que de pronto, una mañana, unas nuevas manos, estas mas pacientes y menos atolondradas,  la extrajeron de entre las pinzas, la separaron de su inestimable compañero, el mango de bisturí, y por fin, después de tanto periplo... ha llevaron a descansar al "cementerio de las punzantes".

Esta pueril narrativa intenta quitar hierro al grave asunto de la cantidad de errores acumulados que hubo en la secuencia de "olvidarse" de quitar una hoja de bisturí del mango.

Ni el instrumentista al recoger la mesa, ni el auxiliar al llevarse el material, al meterlo a lavar, al sacarlo para clasificar ni para rehacer la caja se fijaron ninguno en nuestra amiga del 21, solo al abrir la caja tres días después se vio que la hoja estaba puesta.


¿Cuantos filtros había? Unos cinco, y solo en el sexto, quien abre de nuevo la caja, se frenó el efecto adverso. Se pasó 5 lonchas de Gruyere. Y si los que la manipularon antes de su paso por el proceso de esterilización se hubiesen cortado, las consecuencias hubiesen sido muy desagradables. ¿Qué podemos hacer, advertir a los implicados de su error y concienciarles de la importancia de evitarlo, difundir la (afortunadamente sólo) anécdota entre el resto de profesionales para la toma de conciencia colectiva, y anotarlo, como no, como un evento adverso.

El check list o manual de procedimiento para "chiflar a un paciente"


Pese a lo jocoso del título el post que comienzo a escribir tiene de gracioso lo justo.
Hace ya un año en nuestra comunidad autónoma, Asturias, como imagino que en el resto de comunidades, la palabra check-list entró en nuestro hospital de forma "oficial", digo oficial, porque en mi centro de trabajo años antes, un proyecto anterior ya nos había familiarizado con el check-list quirúrgico de largo, al menos para enfermería.

La idea, a priori sencilla, útil y sobre todo importante, parecía, sobre el papel al menos, facil de implantar.

Pero ete aquí, que el primer escollo fue precisamente eso, el papel. En lugar de organizarse un grupo de trabajo, y valorar la mejor implantación, adaptarla a nuestras necesidades, informar, y distribuirla, una mañana de Junio cayó en mis manos este documento:

http://www.asturias.es/Astursalud/Ficheros/AS_Calidad%20y%20Sistemas/AS_Calidad/SEGURIDAD%20DEL%20PACIENTE/PRACTICAS%20QUIRURGICAS2.pdf
Y una frase, -Hay que implantar esto - Ale, ahí te queda la cosa.

Explica las fases del check-list, los porqués... indicadores... y al final dos modelos de hojas de cumplimentación.

Como digo, todo muy bonito en el papel, tanto que simplemente cada x tiempo se fotocopian esos dos modelos de check-list y son los que actualmente se utilizan en nuestros quirófanos.

El hecho de implantar este sistema, tan "oficialmente" ha hecho que el personal insista en asegurarse de cosas que hasta la fecha ya se hacían de forma rutinaria.
La idea del check list es que dicha confirmación se haga con TODO el equipo presente, y eso, señores míos, que todos nos conocemos, es prácticamente imposible hasta el momento de la incisión.

¿Cual es el problema entonces? La IMPLICACIÓN de todo el personal, pero sobre todo del personal facultativo ( y siento ser tan dura ) y la CONCIENCIACIÓN de la importancia de realizar esa verificación con todo el personal presente.

¿Cual es la solución? La COORDINACIÓN del equipo , no me cabe duda de que los especialistas revisan ( ellos mismos o el equipo ) las cirugías que se van a realizar, pero en muchas ocasiones, el profesional que realiza la intervención no es el mismo que validó la misma el día anterior o que lo propuso para cirugía en la consulta, por lo que la historia del paciente pasa por las manos de diferentes profesionales, que verifican los pasos, pero cada uno en un momento diferente.



Si el mismo que va a realizar la cirugía, valida la misma cuando llega el paciente, se ahorra errores de última hora.

Cuando el paciente entra en el bloque quirúrgico recibe las mismas preguntas una y otra vez, y en mi opinión y en la de mis compañeros, eso genera ansiedad en el paciente, desconcierto y lo que es peor, desconfianza.
Pase que le preguntemos una y otra vez nombre, apellidos... pero que insistamos tanto en ¿de qué se viene a operar? y sobre todo ¿de qué lado?, los desconcierta.

Veamos la secuencia:
Una enfermera recibe al paciente en el antequirófano, y realiza la batería de preguntas (tras presentarse por supuesto):
¿cómo se llama?
¿de qué se viene a operar?
¿de qué lado se opera? ( si precisa )
¿tiene alergia a algún medicamento?
¿retiró todos los objetos metálicos, dentadura, esmalte de uñas, ropa interior... etc?
¿está en ayunas?
Evidentemente todo esto en un tono relajado y en medio de una conversación, no como si fuese un exámen oral a toda pastilla. Es más, como sabemos lo que va a pasar a continuación, solemos decirle al paciente que le harán esas preguntas varias veces, que no se preocupe que es la forma de asegurarse "para no meter la pata" con una sonrisa, la verdad que se resuelve mucha ansiedad.

Se repasa la historia clínica, se verifica que todo está completo, si tiene medicación pendiente, vamos, la batería básica antes de entrar a quirófano.

Pero claro, acto seguido (o no tan seguido, depende ) llega el anestesista... y de nuevo pregunta la misma batería de ítems, a esto ya el paciente responde de diferentes formas, se extraña, se queja, se pone nervioso e ¡incluso duda!
-¿era la derecha no?... ay madre, es que tengo la izquierda mal también, pero creo que era la derecha!-

Pero aún queda un paso, el cirujano, con un poco de suerte pasará a ver el paciente también en el antequirófano, confirmará el sitio quirúrgico con más o menos habilidad empática para con él, con lo que el señor/a en la camilla quirúrgica piensa...

-Me han preguntado tres veces cómo me llamo ( sin contar las de planta ), que de qué me voy a operar, y encima de preguntarme no se cuantas veces de qué lado, ¡viene este hombre a asegurarse del sitio!-

Tomémoslo a broma, pero el procemiento es el correcto, cada uno de los implicados ha hecho lo correcto asegurándose de toda la batería de preguntas necesaria para no errar la intervención pero lo que percibe el paciente es inseguridad en cada una de las repeticiones de nuestras preguntas.
¿ Cual es la solución a este primer problema ? que en la recepción del paciente en el antequirófano estén todos los implicados, de tal manera que entre los tres se revise la historia, se den las órdenes medicamentosas que precisen, se comenten dudas o errores si los hubiese y el paciente se ahorre tanta repetición, agilizaríamos a la hora de validar medicaciones, completar historia ( falta alguna petición de última hora, no está el consentimiento informado etc ) y se podría solventar in situ.

Cuando el paciente pasa a quirófano (Antes de la intervención), siempre con el visto bueno de todo el personal que da el ok a intrumental y material eléctroquirúrgico, antes de la inducción anestésica se supone que se tienen que realizar esas mismas preguntas, ya que el check list es un consenso entre todo el equipo quirúrgico, y por tanto las preguntas deben realizarse con todo el personal presente al mismo tiempo.

Debo confesar que este paso se suele obviar, ya que evidentemente, lo hemos realizado hace unos instantes en el antequirófano y todos se lo hemos preguntado previamente allí, aunque por separado (error). Las circunstancias estructurales y de capacidad de nuestro comarcal hacen que nunca coincidan mas de dos pacientes para el paso a quirófano.

Pero llega el glorioso momento de la "pausa", el equipo debe confirmar en voz alta, nombre y función, lugar de incisión, cirugía prevista, desarrollo previsto de la intervención, antibioterápia profiláctica si precisase y si los estudios de imagen (de existir) se ven correctamente.
Perdonad que me ría ( ja, ja, ja) pero en un bloque quirúrgico de un comarcal, con tres quirófanos, con personal que llevamos trabajando juntos mas de diez años... esta parte provoca siempre la risa y la broma de los implicados, eso en el mejor de los casos, porque por muy buena voluntad que le ponga el responsable de la lista de chequeo ( el anestesista en nuestro centro ) siempre habrá quien conteste con mala educación pues piensa que asegurarse de la lateralidad y procedimiento es dudar de su saber, conocimiento, capacidad, experiencia e inefabilidad como cirujano.

El problema es que por ese motivo, en la mayor parte de las ocasiones, esta parte también se obvia porque se "supone" que nos conocemos y que si era una pierna, y era la derecha hace tres minutos en el antequirófano, no van a cambiar las cosas diez metros mas allá.

¿Cuál es la solución? En un bloque quirúrgico tan pequeño donde todos nos conocemos, este paso podría simplificarse con simplemente la presentación, de aquel personal de nueva incorporación que estuviese en la cirugía y la definición en voz alta del anestesista de:
-Fulanito de tal y tal, intervención quirúrgica de cual, lado tal, ¿material, productos, historia y peticiones correcto?- a lo que el resto, tras presentarse los oportunos, deberían decir simplemente si o no... los comentarios sarcásticos, chulescos e incluso impertinentes sobran.
                             Lo dicho: IMPLICACIÓN + CONCIENCIACIÓN.

Al finalizar el procedimiento, verificamos el cuidado de la herida y cuidados postoperatorios con las indicaciones del cirujano, dejamos todo escrito en la historia clínica electrónica y recojemos el material anotando aquellas observaciones pertinenetes acerca de su estado.

Creo que han quedado reflejados al menos por encima, los problemas que acarrea una mala implantación de un sistema de validación y de seguridad de los pacientes.

El personal no está implicado.
No tienen conciencia de la importancia que tiene la seguridad del paciente.
No tienen información suficiente.
El programa no se ajusta a las circunstancias del centro.

Actualmente se esta haciendo una valoración de la cumplimentación de las hojas de check-list quirúrgico, pero creo que no nos hace falta saber el resultado para imaginarnoslo.

Espero al menos que sirva para dar forma a los problemas que ya conocemos y por tanto se inicien soluciones útiles para solventarlos, formar a las direcciones y por lo que me toca a los mandos intermedios, para que podamos asesorar al equipo, conocer la importancia, implicarnos en el proyecto y tomar conciencia de que somos un equipo de trabajo le disguste a quien le disguste y que tenemos que trabajar como tal.

Ya os contaré como evoluciona, tengo una esperanza chiquitita, espero que no se apague como una vela a la entrada de un tunel.

viernes, 24 de junio de 2011

Protocolo de atención al paciente alérgico al látex

Introducción:
El látex es un líquido de composición variable secretado por diversos vegetales, que tiene el carácter de una emulsión y,  con frecuencia, aspecto lechoso.
En función de la composición del látex, las plantas que lo secretan pueden ser clasificadas en: plantas de caucho, de gutapercha o de batata, de alcaloides, de albuminoides y de almidón.
Los látex sintéticos están constituidos por emulsiones de polímeros en agua con adición de distintos agentes (emulsionantes, estabilizantes), etc. Sus empleos son múltiples: Pinturas, textiles, industria papelera, etc.
El caucho es un producto elaborado a partir de látex; el látex natural contiene proteínas que actúan como antígenos, la hipersensibilidad aparece por una sensibilidad alérgica a estas proteínas. Los síntomas de alergia al látex aparecen cuando la Inmunoglobulina IgE se une a otras proteínas, y de esta unión se sigue una liberación local o sistémica de histamina. El proceso de elaboración del caucho puede eliminar cierta cantidad de antígenos, pero esto no  debe hacer pensar que el caucho no producirá reacción alérgica.
Este tipo de reacciones se puntúan en 4 grados, dependiendo de su gravedad. Las menos graves son las de tipo IV, muy frecuentes en personal sanitario que utilizan guantes y en otros profesionales en contacto con materiales elaborados con  látex.
Las reacciones alérgicas se manifiestan con síntomas que van desde una simple dermatitis de contacto hasta  una reacción anafiláctica. Síntomas de una hipersensibilidad tipo IV son: las rinitis, las erupciones cutáneas (abones y granos) y dermatitis y eccemas.
A mayor número de contactos mayor es la sensibilización, así pues una persona con una hipersensibilidad tipo IV que no suele presentar anafilaxis puede llegar a desarrollarla con  el tiempo si los contactos son continuados.
Las reacciones de grado I son respuestas rápidas provocadas por una gran hipersensibilidad. Los síntomas son: rinitis, conjuntivitis, edemas faciales, taquicardias, sibilancias, etc.
La reacción anafiláctica, como todo shock, presenta taquicardia, edema laríngeo, broncoespasmo e hipotensión. En este caso es imprescindible el uso de medios de reanimación.
Las manifestaciones clínicas pueden progresar con el tiempo a cuadros moderados respiratorios tipo rinitis, disnea y obstrucción bronquial severa tipo asmatiforme.
El cuadro clínico más severo, y aún más en pacientes anestesiados, es el shock anafiláctico. De aparición brusca e inesperada, afecta a varios órganos y puede manifestarse por broncoespasmo, edema laríngeo, colapso circulatorio, hipotensión, taquicardias, arritmias y parada cardíaca.
Típicamente la reacción anafiláctica se produce a los 45-50 min del inicio de la anestesia (40-290 min).
En la actualidad se conocen dos test para diagnosticar los casos de Hipersensibilidad, estos métodos son los siguientes:
         La prueba cutánea, que consiste en la aplicación de látex en la piel y observación de la reacción local posterior dado que la Inmunoglobulina E del látex está directamente implicada en los casos de urticaria por contacto y reacciones sistémicas.  Esta prueba puede inducir una crisis anafiláctica en pacientes muy sensibilizados.
         La prueba radio-alergo-absorbente (RAST), que consiste en una análisis de sangre, más seguro que la prueba cutánea, al no haber contacto directo del paciente con el látex. Esta prueba implica separar el suero, mezclarlo con látex e identificar la cantidad de uniones entre anticuerpos IgE y el antígeno del látex. Sin embargo, esta prueba es menos fiable, más cara y no puede hacerse en todos lo laboratorios.
Numerosos productos de látex llevan siendo usados en la industria desde hace aproximadamente un siglo, pero los casos concretos de alergia a guantes de látex han sido descritos recientemente. Los primeros artículos aparecen en 1.979, se refieren a casos de hipersensibilidad al látex. En 1989 aparece la primera mención a casos relacionados con la anafilaxis intraoperatoria. Posteriormente se describen aproximadamente 100 casos con síntomas de dermatitis por contacto, urticarias y reacciones generalizadas. Estudiando pacientes que presentaron una reacción intraoperatoria se constató que anteriormente ya habían sufrido procesos de hipersensibilidad al contacto con el látex.
La población con mayor riesgo de desarrollar una hipersensibilidad al látex incluye a los trabajadores con una exposición elevada a este material, pacientes con exposiciones altas o largas a los productos de látex, especialmente guantes y sondajes y pacientes con anomalías congénitas y displasias medulares que son sometidos a cirugía reiteradamente.

CONTROL DEL ENTORNO HOSPITALARIO
Artículos y utillaje mas frecuentes en este Centro con presencia de Látex en su composición en mayor o menor grado que tienen alternativa en materiales con ausencia total de Látex:
GUANTES:         
          Quirúrgicos, estériles.
                        Composición 100% látex.
Existen guantes de látex tratado para ser hipoalergénicos; éstos pueden ser útiles a personas con hipersensibilidad tipo IV, aunque posteriormente pueden desarrollar mayor hipersensibilidad. No debemos sobrevalorar el término Hipoalergénico: La materia prima con que se fabrican estos guantes sigue siendo látex, a pesar de la ausencia de polvo en su superficie, por ello, el alérgico a este producto desarrollará sensibilidad a este tipo de guantes.
Los guantes de vinilo y plástico, útiles cuando no es necesaria la esterilidad y de neopreno para usos estériles, pueden sustituir a los guantes de látex.
SONDAS VESICALES TIPO FOLEY: Este tipo de sondaje deberá sustituirse por sondas de silicona que existen en el hospital desde hace tiempo.
TUBOS ENDOTRAQUEALES: Se debe sustituir el clásico "Rush" con balón por tubos de plástico, igualmente fiables.
VIALES MULTIDOSIS DE MEDICACIÓN: El uso de recipientes con tapón de caucho, si no pueden sustituirse éstos por ampollas de cristal o plástico,  deberá someterse a ciertas precauciones como la no introducción de la aguja a través del tapón, o la sustitución de ésta en caso de perforación del tapón. Se trata de evitar la inyección de partículas de látex al paciente.
TORNIQUETES O COMPRESORES: Utilizados en extracciones de sangre pueden sustituirse por presión manual.
MASCARILLAS PARA USO ANESTÉSICO O REANIMACIÓN: Se puede colocar una compresa al rededor de la mascarilla, haciendo una barrera entre la piel del paciente y la mascarilla.
SISTEMAS DE SUEROTERAPIA: Ciertos sistemas poseen una desviación en Y con tapón de caucho, en estos casos no se debe usar el tapón e inyectar la medicación poniendo una llave de tres vías.
AMBÚ: Para ventilación manual. Se tendrán las mismas precauciones que se han descrito para la mascarilla.
CIERTAS TIRAS ADHESIVAS O ESPARADRAPOS: A evitar su utilización.
CHUPETES Y TETINAS: evitar los fabricados con caucho natural o sintético y buscar sustitutos de silicona.
DRENAJES INTRAOPERATORIOS O POSTQUIRÚRGICOS: Desechar los conocidos como "Penrosse", "Kher" y "Petzer". Sustituir por drenajes de silicona tipo "Jacksson-Pratt" o plásticos.

Medidas preventivas en pacientes alérgicos al látex:
  1. Historia clínica detallada . Identificación del personal de riesgo. 
  2. Coordinación entre todo el personal quirúrgico (enfermería, celadores, anestesistas, cirujanos…)
  3. Evitar el contacto con el alergeno
  4. Realizar profiláxis farmacológica si precisa (Tabla I)
  5. Quirófano:
URGENCIAS:
    1. Usar en caso de urgencia aquel quirófano donde no se haya producido una cirugía en al menos 4-5 horas.
    2. Antes de entrar retirar todo aquello que contenga látex en suspensión (que no contenga cubierta protectora) Ej: cajas de guantes
    3. Hacer una pasada de limpieza de superficies (suelos y superficies horizontales para arrastrar aquel látex en suspensión que se haya podido posar sobre ellas.
    4. Una vez seco entrar y dejar aquellos elementos libres de látex que se hayan en el listado de material del centro así como de la caja de material libre de látex de uso frecuente en quirófano.

PROGRAMADO:

    1. Acondicionar un quirófano libre de látex (tabla II). Se aconseja que se realice como primera cirugía de la mañana y con el quirófano previamente bien aireado.
    2. Realizar una limpieza habitual de superficies como de rutina para barrer aquellas partículas de látex que hayan podido quedar posadas en las superficies horizontales.
    3. Preparar el quirófano tal y como se describe en el paso anterior.

  1. Utilizar una técnica anestésica con baja capacidad histaminoliberadora. Siempre que sea posible, será de elección una técnica loco-regional. (tabla III)
  2. Utilizar el menor número de fármacos que sea posible.
  3. Administrar de forma lenta y diluida todos los fármacos.
  4. Tener siempre a mano la medicación necesaria por si se produce una reacción anafiláctica y así poder tratarla inmediatamente. (tabla IV)
  5. Si aparece una reacción anafiláctica grave, realizar un estudio analítico inmediato. (tabla V)
  6. Recomendaciones al paciente con alergia al látex (tabla VI).
  7. El paciente deberá ir acondicionado en camillas y camas con doble sábana para evitar (si se desconoce) el contacto de la piel con la superficie del colchón o colchoneta.
  8. Forrar con tela aquellas superficies que contengan látex o se dude y que no puedan ser sustituidas por otras que no lo contengan.

EN NUESTRO QUIRÓFANO:
Los respiradores marca GE y todos sus componentes están libres de látex
La Marca Monlycke y todos sus componentes (packs y todo lo que contienen así como todos sus consumibles están libres de látex).
La marca Mquet de la mesa quirúrgica y todos sus accesorios están libres de látex.
El resto de material de uso común en el centro viene en el listado a disposición del personal e incluido en la caja de material libre de látex de uso frecuente.
Aquello que no conste o se tenga duda se debe verificar con los logotipos de libre de látex, que pueden ser:
Latex free ó latex

TABLA I: Profilaxis farmacológica en pacientes con alergia al látex:

DACORTIN
URBASON
POLARAMINE
RANITIDINA


En caso de aparición de shock anafiláctico, la administración de antihistamínicos y corticoides según esta pauta, evita la aparición de recurrencias.


TABLA II Material anestésico/quirúrgico a revisar
MATERIAL ANESTESICO
CONTRAINDICADO
RECOMENDADO
TOT
BAJO VOLUMEN RUSCH
LOS TOT DE NUESTRO HOSPITAL SON LIBRES DE LATEX
MASCARILLA FACIAL
RUSCH NEGRAS
SILICONA TRANSPARENTE
CIRCUITOS DEL RESPIRADOR

LOS TUBOS Y LA BOLSA DE VENTILACIÓN VERDE SON LIBRES DE LATEX
CONCERTINA DEL RESPIRADOR

RESPIRADOR GE LIBRE DE LATEX
GUEDEL
NEGROS REUTILIZABLES
TRANSLÚCIDOS DESECHABLES
COMPRESORES, FONENDOS, MANGUITOS DE LA TA
NO APLICAR DIRECTAMENTE SOBRE LA PIEL
COMPRESORES RECUBIERTOS DE TELA, RECUBRIR CON TELA
ELECTRODOS

LOS BLANCOS CON BOTÓN METÁLICO SON LIBRES DE LATEX
SISTEMAS DE INFUSIÓN INTRAVENOSOS


JERINGAS
CON EMBOLO NEGRO
PLÁSTICO NORMALES
MEDICACIÓN
TAPÓN DE GOMA
RETIRARLO O CAMBIAR LA AGUJA AL CARGAR
CATÉTERES, SONDAS ETC
LÁTEX
SILICONA























TABLA III: Fármacos Anestésicos de baja capacidad histaminoliberadora.

Hipnóticos:
Propofol
Etomidato
Ketamina
Halogenados
Benzodiacepinas

Anestésicos Locales:
Lidocaína
Bupivacaína
Mórficos:
Fentanilo
Alfentanilo
Neurolépticos:
Droperidol
Vancuronio

Relajantes musculares:
Vecuronio

Tabla IV: Plan terapéutico ante una reacción anafiláctica grave.

  1. Suspensión inmediata del fármaco sospechoso
  2. oxigenoterapia y mantenimiento de una vía aérea permeable
  3. Para compensar la disminución de las resistencias vasculares periféricas:
    1. Posición de Trendelemburg, para mejorar el retorno Venoso
    2. Reposición intensa de volemia
    3. Fármacos hinotrópicos
  4. Suspender la anestesia (Si la RA ocurre en la inducción o al finalizar la cirugía)
  5. Administración de fármacos para el tratamiento de la hipotensión, broncoespasmo, angioedema, arritmias, etc.
    1. Adrenalina à 0.2 a 0.5 mg ev
    2. Broncodilatadores à Salbutamol, aminofilina
    3. Corticoides à Metilprednisolona, hidrocortisona
    4. Antihistamínicos à Antagonistas H1 y H2
    5. Bicarbonato sódico
    6. Dopamina y/o Dobutamina
  6. Monitorización cardiovascular agresiva
  7. Determinaciones analíticas seriadas
  8. control postrreacción alérgica en la sala de reanimación al menos durante 24 h ya que un 20% de los pacientes presentan recurrencias del cuadro de SOC.

Tabla V: Estudio inmediato ante reacciones de anafilaxia grave:

1-2 h
1.      Hemograma
2.      Bioquímica (glucemia, iones, creatinina, GPT y gasometría)
3.      Coagulación (TTPA, TP, fibrinógeno, plaquetas, PDF)
4.      Estudio del Complemento (C3, C4,C3a)
5.      IgE total
6.      C1 inhibidor esterasa
7.      Triptasa sérica
8.      Metilhistamina urinaria.
6h
1.      Hmg
2.      Bq
3.      Coag.
4.      Triptasa sérica
24h
1.      Hmg
2.      Bq
3.      Coag
4.      Metilhistamina urinaria

Tabla VI: Recomendacione al paciente con alergia al látex:
  1. Evitar el contacto con productos de caucho
  2. Brazalete de alergia médica que indique el tipo de alergia
  3. Disponer de guantes sin látex que puedan ser usados por el personal sanitario de urgencia en caso de necesidad.
  4. Disposición permanente de antihistamínicos y un autoinyectable de adrenalina.


Organización Colegial de enfermería año 2004

INFORME JURÍDICO
ASUNTO: Informe sobre cuales son las funciones
concretas a desempeñar por la enfermera
circulante y por la instrumentista en
quirófano y si es función de los diplomados
en enfermería la administración de
medicación anestésica intravenosa.
Se emite el presente informe, sobre dos cuestiones diferentes: la primera consiste
en determinar cuáles son las funciones concretas que corresponden a la Diplomada en
enfermería circulante y a la instrumentista en quirófano; y la segunda estriba en
conocer si es función profesional del personal DUE la administración de medicación
intravenosa, inductores, opiáceos parenterales u otros fármacos depresores del
sistema nervioso central, por simple orden verbal, sin prescripción, ni constancia
escrita o si, por otra parte, esa aplicación de los fármacos recae exclusivamente en el
médico especialista en anestesiología y reanimación y, si en su caso, cabe legalmente la
posible delegación de tal función en los diplomados en enfermería.
1.- Funciones de la enfermera circulante y la instrumentista en quirófano.
En cuanto a la primera cuestión planteada, según el artículo 58.3 del Estatuto del
Personal Sanitario no Facultativo, corresponde al Estamento de Enfermería
conservación y buen estado del material sanitario, instrumental y, en general,
cuantos aparatos clínicos se utilizan en la Institución, manteniéndolos limpios,
ordenados y en condiciones de perfecta utilización”.
vigilar la
En la práctica cotidiana el Personal de Enfermería se encarga de controlar el
material quirúrgico existente en cada caja indicando a la supervisora correspondiente, la
necesidad de reponer instrumental que no esté en condiciones adecuadas de uso, por
desgaste, avería u otra eventualidad.
El Estatuto no contempla el repuesto del material quirúrgico utilizado en cada
intervención como función atribuible a un personal en particular. En la práctica clínica
habitual, la realización o no del recuento del material utilizado se indica por el cirujano
dependiendo del tipo de intervención practicada ya que en pequeñas intervenciones,
probablemente no requerirán recuento y, en intervenciones mayores, quedará siempre a
juicio del cirujano que realiza el acto quirúrgico.
Por otra parte, el material quirúrgico con el que se realizan las distintas
intervenciones se almacena de forma habitual en cajas de las que cada Servicio dispone
en número diverso según sus necesidades.
En el momento de la intervención y según las características y magnitud de la
misma, puede ser necesario abrir una o más de estas cajas para ser utilizada durante un
mismo acto quirúrgico.
El material incluido en cada caja puede ser utilizado en su totalidad en una
intervención o, en otras ocasiones, puede ser que se utilice sólo parte del mismo.
Según una reciente Sentencia, dictada por el Juzgado de lo Penal nº 11 de
Sevilla:
“4º) Conforme al protocolo de actuación que, consuetudinariamente, vienen
observando cirujanos y enfermeras en las operaciones quirúrgicas, la enfermera
instrumentista se encarga de montar la mesa con el instrumental, estéril, que va dando
en mano al cirujano, recogiéndolo también en mano, de éste, una vez utilizado, si bien a
veces, dada la urgencia, el cirujano coge el instrumental directamente de la mesa, o lo
deja una vez usado, sobre el paciente, para que lo recoja la instrumentista. En cuanto
al material fungible (gasas y compresas), la instrumentista se lo proporciona al
cirujano y éste, una vez usado, se lo pasa a la enfermera circulante para su desecho.
Terminada la operación, y antes de cerrar al paciente, los cirujanos comprueban
visualmente sobre el campo operatorio que en éste no queda ninguna gasa, compresa o
instrumental quirúrgico y, o bien preguntan a lasenfermeras si el contaje es correcto,
o bien sin preguntar, reciben a iniciativa de éstas la información de si dicho contaje –
les compete: a la instrumentista, el del instrumental; y a la circulante, el del material
fungible –es o no correcto. En el caso de que la respuesta sea que el contaje es
incorrecto, se procede por los cirujanos a una revisión manual del campo operatorio y
se vuelve a efectuar por la instrumentista otro contaje. Si aún así el contaje sigue
siendo incorrecto, se efectúa una radiografía al paciente para comprobar si el material
que se echa en falta está en el cuerpo del paciente.”
2.- Es función del personal de enfermería la administración de medicación
anestésica intravenosa, inductores, opiáceos parenterales u otros fármacos depresores
del sistema nervioso central mediante una orden verbal o si por el contrario es función
del médico especialista en anestesia y reanimación.
La Sentencia 52/2000, de 9 de febrero, del Juzgado de lo Social nº 15 de Madrid,
en la que es parte demandada el INSALUD, tiene su raíz en el protocolo realizado por el
Director Gerente del Hospital Príncipe de Asturias para el tratamiento del dolor en el
trabajo del parto, según el cual la competencia para la preparación, administración,
vigilancia y mantenimiento de la anestesia epidural y raquídea durante el parto –que
venía siendo realizada por los médicos anestesiólogos-, se delega a las matronas de
dicho hospital.
Por las matronas demandantes se solicita que dicho Protocolo se declare ilegal
por obligar a dichas matronas a realizar los actos profesionales que se han mencionado
ya que, según alegan las demandantes, carecen de capacidad profesional y título
habilitante para la realización de las mismas.
La sentencia culmina con la declaración de nos ser ajustado a derecho dicho
Protocolo, al considerar que la realización de las funciones descritas con anterioridad
sobrepasa las funciones de las matronas, “pues reside en el Médico Especialista en
Anestesiologia y Reanimación la competencia para la realización de dichos actos
profesionales, siendo dicha función indelegable por tratarse de un Acto Quirúrgico”.
Alega también la sentencia estudiada en el presente informe que , tanto el Ilte.
Colegio Oficial de Médicos de Madrid, como la Sociedad Española de Obstetricia y
Ginecología, opinan que las consecuencias derivada de la actuación efectuada por
persona no capacitada para ello –refiriéndose a las matronas-, puede ser constitutiva, no
solo de responsabilidad civil, sino también de tipos delictivos como son el intrusismo
profesional o la imprudencia con resultado de lesiones o muerte.
Posteriormente, el TSJ de Madrid, sala de lo Social, con fecha 18 de diciembre
de 2000 confirma la Sentencia de primera instancia, ratificándose en el contenido de los
fundamentos jurídicos tercer y cuarto de la sentencia recurrida precisando en el
siguiente sentido:
“(...) y en conclusión debemos precisar en el sentido de que parcelar la técnica
anestésica es un error y el desarrollo de dicha técnica es competencia del médico
anestesiólogo, quien no puede hacer delegación de sus atribuciones. Ahora bien,
siguiendo el criterio ya mantenido por esta Sala dada la función tanto de los
facultativos como la de las matronas en el proceso del parto todos ellos componen un
equipo indisoluble, siempre con finalidad de servicio público y atención al enfermo,
lo que supone que si bien no cabe mantener la delegación de tales funciones, si debe
producirse en esos momentos una actuación conjunta y coordinada de todo el equipo
asistencial, controlando todas las necesidades obstétricas o quirúrgicas, así como las
constantes biológicas de la paciente por medios mecánicos o convencionales. Todo el
equipo por tanto deberá colaborar en la preparación y diluciones de los
fármacos, la ejecución de la técnica elegida, la vigilancia de la paciente, etc., sin
necesidad de delegación alguna, debiendo por todo lo expuesto con desestimación del
recurso confirmar la sentencia de primera instancia”.
Estas sentencias sirvieron de argumento para que las matronas de otro
hospital madrileño –el Hospital Doce de Octubre – solicitaran a la dirección que “les
eximieran de las obligaciones consistentes en la vigilancia y mantenimiento de la
anestesia epidural y raquídea durante el parto, así como la retirada del cateter”, que
aparecían establecidas en el protocolo sobre el tratamiento del dolor en el parto.
La dirección del hospital no admitió la reclamación de las matronas,
argumentando que la sentencia que el tribunal de Madrid había dictado en el caso del
Hospital Príncipe de Asturias “afecta única y exclusivamente a quienes fueron parte en
el litigio” y porque el protocolo de asistencia a partos del Doce de Octubre se “viene
aplicando desde 1998, sin que se haya producido ningún problema hasta la fecha.
Denegada la solicitud, la delimitación de las funciones de las matronas en los
partos se vuelve plantear ante el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, en una
sentencia en la que los magistrados analizan la responsabilidad del anestesista, y de la
matrona en la administración de la epidural en las parturientas.
El fallo explica la actuación de las matrona en los partos asistidos en el Hospital
Doce de Octubre: en concreto , “la punción para introducir el cateter lo realiza personal
y directamente el médico anestesiólogo, colaborando la matrona en la desinfección de la
zona de punción, ayudando al anestesista a cargar la medicación, fijar el cateter,
etcétera. Se monitorizan las constantes maternas, lo que realiza los primeros 30 minutos
el anestesista, después la matrona controla la tensión arterial y temperatura, si bien ante
signos de reaparición del dolor o anormalidad se avisa al anestesista. En cuanto al
puerperio, según el protocolo, la matrona “retira el sistema de perfusión , obturando el
filtro, y retira el cateter antes de subir a planta, salvo caso de coagulopatia o
anormalidades, en las que se avisa al anestesista”.
Las matronas solicitan al tribunal que se les declare exentas de aceptar la
delegación de funciones en la anestesia administrada en los partos.
Los magistrados aclaran que “parcelar la técnica anestésica es un error y su
desarrollo es competencia del médico anestesiólogo”. Ahora bien, la sentencia recuerda
que en el proceso del parto, anestesista y matrona “componen un equipo indisoluble, lo
que supone que si bien no cabe mantener la delegación de tales funciones, sí debe
producirse en estos momentos una actuación conjunta y coordinada de todo el equipo
asistencial”.
Por tanto, considera que las matronas están exentas de la delegación que les haga
el anestesista, sin que esta exención “se extienda a las funciones de colaboración y
actuación conjunta y coordinada con dicho especialista en la vigilancia y
mantenimiento de la anestesia.
Es cuanto procede informar respecto a la solicitud de informe efectuada, salvo
opinión mejor fundada en Derecho.