------------------------------------------------------------------- Quironautas: 12/01/2011 - 01/01/2012

martes, 13 de diciembre de 2011

Aplicaciones informáticas en el ámbito quirúrgico



Aquí os dejo la famosa presentación que tan buena acogida tuvo en el 8º congreso nacional de enfermería quirúrgica.
Las herramientas informáticas de que disponemos, son a menudo más un engorro que una ayuda, es necesario en ocasiones, echar la vista atrás y ver desde otro plano, qué necesitamos, y con qué podemos contar para mejorar el trabajo.

En nuestro centro hospitalario, el SELENE, fue una revolución en todas las expresiones, pasamos de tener que escribirlo todo en papel a pasarlo todo por el ordenador, a poder "hacerle el trabajo" a otros, a que cada uno se responsabilizase estrictamente de lo suyo... y así comenzó esta aventura.

Al principio, la codificación de implantes se hacía simplemente en papel, para la historia del paciente y para el almacén ( facturación y reposición ), y al introducirse la aplicación informática, eso también debía cambiar.
Sin embargo el problema radicaba en que al cargar en el programa tantos y tantos implantes ( menos mal que somos un comarcal ;) ) el desplegable que nos sale tardaba la tira en moverse, y encima, aunque pudieras filtrar la búsqueda, implicaba que todo el mundo supiese exactamente cómo buscar cada implante.
Ejemplo:
Inserto
Plástico
Polietileno
¿Quien no lo ha oído nombrar de alguna de las tres formas, si no mas?
Por lo que al filtrar no sabes con qué palabra hacerlo, así que volvía a hacerse complicado, y en el caso de la tornillería... intenta poner *tornillo* verás que cantidad de referencias salen... una ruina.

Pero, porqué dejarlo registrado en SELENE... ¿no podíamos seguir como hasta ahora?
Tal y como veis en la presentación, la necesidad de dejar registro a ser posible informático de los implantes que lleva un paciente es básico para su posterior trazabilidad, de tal modo, que si yo tengo que buscar a todos los pacientes que llevan un vástago tipo xxxx del 7, que ha salido defectuoso, sea cuestión de dar unos cuantos clicks en lugar de revisar todas las historias de PTC del año una por una.

Así que pensando, pensando, primero creí que podíamos conseguir que las pistolas leyesen, al igual que leen los códigos de las cajas de instrumental o los códigos de las analíticas,  los códigos de las cajas de las prótesis, tal como hacen muchos comerciales en ocasiones para mirar caducidades y lotes.
Pero no, no podía ser, porque las pistolas vienen configuradas para leer determinados códigos de barras...
-¿ah, que hay mas de uno?- Pensé yo... pues sí, hay un montón, y sí que es cierto que hacer que la pistola lea más códigos al parecer es bastante sencillo, pero la aplicación informática no los traduce todos, por lo que una vez mas SELENE manda...

Tipos de Códigos:



-Vale- pensé -démosle la vuelta a la tortilla, si el código de la caja no nos devuelve un número legible, démosle al número legible un código que si capture SELENE- y ahí comenzó la revolución.

Machaconamente me pasé semanas llamando a diferentes casas comerciales para que me pasasen las referencias y los códigos EAN de los productos, así como la descripción para poder tenerlo en tablas excel a las que aplicar un programa que encontré por internet y que milagrosamente el CGSI (Centro de Gestión de Sistemas Informáticos) me permitió instalar en el ordenador del trabajo ( aunque el 80% del trabajo lo acabase haciendo en casa, se agradece) así que poco a poco, iba generando códigos de barras. El sistema la verdad que fue muy rudimentario, primero ensayo error, como teníamos todavía el SELENE de pruebas, para poder trabajar sin ser con HC real, sacaba un código de un tipo, lo pasaba por la pistola y verificaba que SELENE lo leyese, además de hacer que la impresión fuese a un tamaño adecuado para que me entrase en un folio y que la pistola lo llegase a capturar sin problemas, encontré uno que lo hacía sin problema a un tamaño adecuado, y el siguiente paso fue que el personal del proyecto siai, que son quienes nos dieron el soporte informático de la aplicación junto con Siemens, CGSI y nuestros propios informáticos, nos cargasen en la aplicación, cada implante con su código EAN (específicos de cada empresa y producto), ya que a ellos les daba lo mismo el número al que asociasemos los implantes.


Mas adelante, cuando ya teníamos parte introducida, descubrí que podía pasar a código de barras la propia referencia del producto, ya que algunas casas no pudieron suministrarme los EAN porque no los trabajaban,
de este modo, terminé de completar, de momento, los implantes que hasta la fecha teníamos en el hospital.


Decidimos realizar una prueba y cronometrar cuánto tardábamos antes y cuanto ahora, increíble, ¡¡¡para tres implantes pasábamos de 6 a 1 minuto!!!

El trabajo ha sido mucho, pero ahora merece la pena, el personal se ha acostumbrado de forma rutinaria a pasar la pistola para archivar los implantes, y para codificar los lotes, la parte más importante del registro, tal y como manda la ley (ver el post sobre implantes: Manejo de los implantes quirúrgicospueden dejarlo escrito en selene, en el propio implante que acaban de codificar, o si temen "meter la pata" al pasar los números, pueden dejar (después de registrar en SELENE el implante) una hoja con las pegatinas de los implantes en la historia, de modo que todos los pacientes tienen registro escrito (electrónico o en papel) de los implantes que llevan colocados.


Queda camino por delante, quedan muchos implantes que porque se han ido adquiriendo durante el año, o porque son en préstamo, no los tenemos codificados tan cómodamente con nuestro código de barras, y ahora que el soporte de SELENE se ha ido, solo cuento con la buena disposición del personal de informática del que antes os hablé para que puedan ir cargando, en sus ratos libres, los nuevos implantes.
También tengo muchas ganas de encontrar la forma de que los lotes de los implantes puedan ser leídos por la pistola para evitar tener que introducirlo a mano o hacer la hoja de papel. Con algunos implantes ya podemos hacerlo... tiempo al tiempo.

Queda un largo camino


Enfín, espero que os guste la presentación, y que hayáis entendido el desarrollo de este laborioso trabajo, que si bien no es un trabajo científico ni con una metodología muy ortodoxa que digamos, refleja la importancia que pueden tener las pequeñas ideas para el trabajo diario, y que nosotros mismos muchas veces, sin necesidad de grandes inversiones, podemos cambiar la rutina del día a día.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Mírame a los ojos, estoy aquí... Diferenciate.


En el marco de esta iniciativa donde se busca sensibilizar a los profesionales sobre la importancia de lo que decimos a nuestros pacientes, y sobre todo, sobre cómo se lo decimos, voy  a intentar plasmar con un poco de humor, situaciones cotidianas que vemos todos los días, pero que a veces no nos paramos a mirar detenidamente.

Escena nº1: LO QUE DIGO SIN PALABRAS


En un quirófano de cualquier hospital, al finalizar una intervención de prótesis de cadera. El cirujano, se quita la bata estéril y los guantes y sin más sale a informar...
-Caray, no entiendo porqué la familia me estaba mirando con una cara de susto de la leche, mira que les estaba diciendo que todo había ido perfectamente.
-Manolo... ¿tu te has mirado al espejo?
-No, ¿por...?- Sale al vestuario, y se oyen las risas desde fuera.- ¡Madre mía parezco un extra de una peli gore!

Escena nº2: EL PACIENTE INVISIBLE

En el antequirófano hay una paciente, que fue recibida hace unos minutos, al poco rato, llega una auxiliar con una enfemera que están colocando material y medicación.
-Mary, ¿qué tal está tu sobrinito?
-Uy, fenomenal, ayer hizo un mes, es una monada, tan pequeñito... creo que duerme toda la noche de un tirón, mi hermana está encantada.
La paciente, empieza a llorar... entra otra enfermera.
-Bueno, Elvira, vamos a pasar a quirófano... ¿qué te sucede?, bueno mujer, que un legrado es una intervención muy corta, cuando te quieras dar cuenta ya terminó todo.

Escena nº3: TE OIGO PERO NO TE ESCUCHO
En una consulta, el psicólogo, en una gran mesa, con un compañero al lado, comienza la consulta de psicología.
Después de pasada casi media hora de preguntas y respuestas...
-Bueno señorita, entonces porqué dices que te sientes insegura.
-Creo que todo tiene que ver con... con.... ( hace una pausa crítica, parece armarse de valor) tengo un problema con mi misma, no me gusto, no se, el año pasado estuve unos meses dejando de comer y... -Sus palabras son ahogadas.
-¡Bueno!, eso creo que es un tema muy interesante para hablarlo en la próxima sesión, a ver, te daré cita en... 5 semanas ¿de acuerdo?. Muy bien, ¡hasta luego!


Escena nº4: SIEMPRE NOS ESCUCHAN



Esta escena la he vivido yo en primera persona:

La Rea de un gran hospital, prácticas de tercer año de enfermería, zona de 24h ( vamos, una UVI en miniatura, dado que los pacientes mas que 24h podían estar si me apuras, 24 días)
El paciente, un señor de unos 70 años, era un postoperado, que se complicó y tuvo que permanecer intubado una buena temporada, al menos desde que yo llegué a aquellas prácticas, y recuerdo que estaba como un mes o mes y medio.
Todos los días, en el aseo, los cambios posturales, los cambios de medicación, etc...charlaba con él, no recuerdo quien, me dijo uno de los primeros días, ¡háblale, nunca se sabe si nos estarán escuchando!, fue uno de los mejores consejos que me han dado en la vida.
Evidentemente, una chiquilla de 20-21 años, en "prácticas" con mas ganas que capacidad, que charlaba de seguido con aquel paciente intubado, provocaba la mofa en mas de uno.
Hombre no es que le hiciese resúmenes de la película del día anterior, pero saludaba por la mañana, le llamaba por el nombre, le iba diciendo lo que le estábamos haciendo...
Una mañana de lunes, cuando estaba en el vestuario para entrar, la compañera de la noche, me fue a buscar, -¡Oye!, ¿sabes que fulanito despertó el sábado?-
-¿En serio?
-Si, y vas a alucinar. Diles que te dejen lo que escribió.
Entré y me dirigí a su cama, pero estaba ocupada por otro paciente, evidentemente lo entendí al momento.
Las compañeras me contaron, que el sábado lo intentaron despertar y que incluso estuvo consciente unas horas, como no podía hablar, le dejaron un papel y un bolígrafo.
El anciano, que había sido químico en una importante empresa asturiana, había escrito con letra muy difícil de entender...

No riñáis tanto
Sois muy buenas
Gracias por hablar conmigo

Se que algo más había escrito, pero no lo recuerdo, me quedé con la copla de que no solo nos escuchaba cuando hablábamos con el, sino, que nos oía desde el control o charlando entre nosotras... no riñáis tanto... se refería a las frecuentes discusiones ( que no disputas ) que había entre unos y otros.
Aquella experiencia me dejó marcada durante mucho tiempo.
El hombre falleció al día siguiente, el domingo, pero nos dejó a todas una lección muy importante para nuestra vida profesional.

Podría estar escribiendo escenas hasta aburrirme, pero casi prefiero que seáis vosotros mismos los que lo hagáis en vuestros comentarios.

No se trata de analizarnos o culparnos, sino de ver a través de ejemplos simples y cotidianos, la importancia que tiene ponerse en la piel del otro, la empatía, la mirada, la escucha... ¿ no habéis sido pacientes?, ¿o familiares de pacientes?

Cuanto duele escuchar risas cuando has recibido una mala noticia, aunque sepas que nada tienen que ver contigo, cuanto duele que te expliquen el proceso de una intervención quirúrgica que "ha salido bien" aunque te cuesta entender incluso a ti lo que está diciendo el cirujano.
Que te digan "eso no es nada" cuando te duele hasta el alma, o las típicas "enfermeronas" de una maternidad cuando se chotean de las parturientas que lo están pasando mal y les dicen eso de que "cualquiera diríra, ¡solo estás pariendo!"
Y cuanto reconforta un "lo siento" sentido de un profesional sanitario, que te acaricia el hombro y te mira a los ojos.
Cuanto ayuda un "vamos a hacer todo lo que podamos" de manos de una persona que te mira de frente, que te enseña las palmas de las manos.
Qué sencillo sería decir "siento no tener mas tiempo para hablar con usted" en lugar de decir "¡¡siguienteeeee!!"
Y qué agradable escuchar de alguien que te sonríe: ¡Buenos días! me llamo Mónica y soy una de las enfermeras que va a estar con usted hoy en quirófano... ¿qué tal se encuentra?

Quiero mirar y que me miren a los ojos, no solo que me vean delante, quiero escuchar y ser escuchada, y no solo ser un ruido que se oye, y quiero percibir sin sonido el mismo sentimiento que me están comunicando con palabras.

Mírame a los ojos, estoy aquí... Diferenciate.

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