.
Esta tarde la he pasado en urgencias, mi "papi-chulo" ( mi padre ) decidió; que era un buen día para ponersenos malito ( está bien ¿eh?, que conste, solo ha sido un susto, no soy tan frívola )
El caso es que me he pasado vari
as horas en mi hospital de referencia. Las horas de espera, charlando a ratinos con mi padre, se pasan mas rápido con la observación y "curioseando" cómo se hacen las cosas en otros hospitales, qué materiales tienen, cómo cogen una vía, qué aparatos manejan... bueno, será el afán cotilla que me puede.
Mi padre se entretenía preguntándome el quien es quien...
-¿Esa que es auxiliar?-... -nooo papá esa es enfermera- le contestaba.
-Ah- decía él parco como si no comprendiese donde veía yo las diferencias. -¿y esas son enfermeras?- señalando a unas mujeres con uniforme azul y un dosímetro colgando y un chaleco de plomo bajo el brazo que para mi padre pasaban desapercibidos.
-No, esas deben ser técnicos de rayos, las que hacen las placas de rayos x...-
- Ah -volvía a decir.
Así estuvimos un rato largo, cuando poco a poco me empecé a fijar en que tanto auxiliares, como celadoras, como enfermeras (había pocos chicos la verdad) pasaban de un lado a otro haciendo cosas, llevando equipos y papeles, sacando analíticas entre los pacientes, moviendo camillas... y a penas se les oía hablar con los pacientes, incluso cuando lo hacían, sonaban con ese tono monacal de quien recita una oración de corrido sin prestar atención.
Continué fijandome, pasaban camillas, aparcaban un momento pacientes para pasar otros y no se oía si quiera un -¡fulanita, voy a dejarla aquí un segundo para poder pasar! ¿vale?- Sin embargo, por allí andaban los "Resistentes", jovencitos con fonendos relucientes y uniformes verdes (no se porqué) con mas ganas que capacidad, entrevistando a los pacientes para hacer la anamnesis, llevandolos de un lugar para otro para explorarlos, con un -¡venga para acá conmigo que le ayudo a subir a la camilla!-, o -¡cójase a mi para acercarse a esa silla!-.
No digo que les diesen "mimitos" pero estaban correctos y serviciales, que ya se, que sí que vale, que porque son residentes, que pídele tu a un adjunto que se ponga a ser tan majete con un paciente de urgencia que tiene tos desde hace 3 horas, ya lo se, pero, ¿qué nos pasa al resto?.
Nadie fue incorrecto con un paciente, ni borde, ni le levantó la voz, y era evidente que allí estábamos demasiada gente, que estaban apurados, y que seguro que no tenían demasiado personal, vamos, lo que vivimos todos muchos días... pero hablar es taaan barato, y encima se puede hacer a la vez que casi cualquier cosa.
Mientras coges una vía le puedes contar a la paciente que tiene unas venas pésimas, y que haces lo que puedes, y que sientes mucho tener que hacerle un poco de daño, pero que es necesario, y no intentarlo 4 veces (que me fijase) sin mediar mas palabra, que un "hay que aguantar un poco".
¿Estamos quemados?... Toda la gente que vi eran de mi edad y bastante más jóvenes, ¿cuando llevemos 20 años de profesión, seremos todavía mas serias? ¿qué nos pasa?.
He trabajado en urgencias tres años, mas uno del especialista, así que no hace falta que me contéis los problemas que hay en un servicio así, además conozco las urgencias de un comarcal y de un hospital grande, con sus pros y sus contras. Familias atosigando, trabajo por doquier, pacientes con patologías banales que colapsan el servicio, apurones por falta de personal... todos lo sabemos/sufrimos... pero insisto... ¿qué nos pasa para estar de mal-humor contínuo y asociar que el paciente es el enemigo?.
Creo que algunos días en mitad del turno deberíamos pararnos, respirar y vernos un poco desde fuera, cambiar el observador y ponernos en lugar del paciente. Hay pacientes y familias que no son hermanitas de la caridad, y que, no es que se merezcan una contestación o una bordería, pero digamos que se ganan que seamos mas serios o extrictamente correctos con ellos, pero en general la gente símplemente es algo mas repunante porque está enferma, tiene miedo, tiene problemas o está tan asustado por que no entiende nada de lo que está pasando que no se comporta como siempre.
No somos psicólogos, pero necesitamos una dósis de empatía, ponernos un poco en su piel y ser correctos simplemente, mirarles un poco más a los ojos para ver mas allá de su patología, de su familiar pesado o de su humor de perros.
Mírame_ Diferenciate
El caso es que me he pasado vari
as horas en mi hospital de referencia. Las horas de espera, charlando a ratinos con mi padre, se pasan mas rápido con la observación y "curioseando" cómo se hacen las cosas en otros hospitales, qué materiales tienen, cómo cogen una vía, qué aparatos manejan... bueno, será el afán cotilla que me puede.
Mi padre se entretenía preguntándome el quien es quien...
-¿Esa que es auxiliar?-... -nooo papá esa es enfermera- le contestaba.
-Ah- decía él parco como si no comprendiese donde veía yo las diferencias. -¿y esas son enfermeras?- señalando a unas mujeres con uniforme azul y un dosímetro colgando y un chaleco de plomo bajo el brazo que para mi padre pasaban desapercibidos.
-No, esas deben ser técnicos de rayos, las que hacen las placas de rayos x...-
- Ah -volvía a decir.
Así estuvimos un rato largo, cuando poco a poco me empecé a fijar en que tanto auxiliares, como celadoras, como enfermeras (había pocos chicos la verdad) pasaban de un lado a otro haciendo cosas, llevando equipos y papeles, sacando analíticas entre los pacientes, moviendo camillas... y a penas se les oía hablar con los pacientes, incluso cuando lo hacían, sonaban con ese tono monacal de quien recita una oración de corrido sin prestar atención.
Continué fijandome, pasaban camillas, aparcaban un momento pacientes para pasar otros y no se oía si quiera un -¡fulanita, voy a dejarla aquí un segundo para poder pasar! ¿vale?- Sin embargo, por allí andaban los "Resistentes", jovencitos con fonendos relucientes y uniformes verdes (no se porqué) con mas ganas que capacidad, entrevistando a los pacientes para hacer la anamnesis, llevandolos de un lugar para otro para explorarlos, con un -¡venga para acá conmigo que le ayudo a subir a la camilla!-, o -¡cójase a mi para acercarse a esa silla!-.
No digo que les diesen "mimitos" pero estaban correctos y serviciales, que ya se, que sí que vale, que porque son residentes, que pídele tu a un adjunto que se ponga a ser tan majete con un paciente de urgencia que tiene tos desde hace 3 horas, ya lo se, pero, ¿qué nos pasa al resto?.
Nadie fue incorrecto con un paciente, ni borde, ni le levantó la voz, y era evidente que allí estábamos demasiada gente, que estaban apurados, y que seguro que no tenían demasiado personal, vamos, lo que vivimos todos muchos días... pero hablar es taaan barato, y encima se puede hacer a la vez que casi cualquier cosa.
Mientras coges una vía le puedes contar a la paciente que tiene unas venas pésimas, y que haces lo que puedes, y que sientes mucho tener que hacerle un poco de daño, pero que es necesario, y no intentarlo 4 veces (que me fijase) sin mediar mas palabra, que un "hay que aguantar un poco".
¿Estamos quemados?... Toda la gente que vi eran de mi edad y bastante más jóvenes, ¿cuando llevemos 20 años de profesión, seremos todavía mas serias? ¿qué nos pasa?.
He trabajado en urgencias tres años, mas uno del especialista, así que no hace falta que me contéis los problemas que hay en un servicio así, además conozco las urgencias de un comarcal y de un hospital grande, con sus pros y sus contras. Familias atosigando, trabajo por doquier, pacientes con patologías banales que colapsan el servicio, apurones por falta de personal... todos lo sabemos/sufrimos... pero insisto... ¿qué nos pasa para estar de mal-humor contínuo y asociar que el paciente es el enemigo?.
Creo que algunos días en mitad del turno deberíamos pararnos, respirar y vernos un poco desde fuera, cambiar el observador y ponernos en lugar del paciente. Hay pacientes y familias que no son hermanitas de la caridad, y que, no es que se merezcan una contestación o una bordería, pero digamos que se ganan que seamos mas serios o extrictamente correctos con ellos, pero en general la gente símplemente es algo mas repunante porque está enferma, tiene miedo, tiene problemas o está tan asustado por que no entiende nada de lo que está pasando que no se comporta como siempre.
No somos psicólogos, pero necesitamos una dósis de empatía, ponernos un poco en su piel y ser correctos simplemente, mirarles un poco más a los ojos para ver mas allá de su patología, de su familiar pesado o de su humor de perros.
Mírame_ Diferenciate
No hay comentarios:
Publicar un comentario