Ultima entrada al Caso 4 del experto en gestión de la UNED.
Por fin tras el examen de la semana pasada, ya hemos terminado, en mi caso muy positivamente, el experto universitario en Gestión de recursos de enfermería. Ahora a echar números y matricularnos del segundo nivel de Master.
Ha sido una experiencia dura, sobre todo con un enano tan pequeño recién llegado a la familia, muchos madrugones los fines de semana y muchas horas delante del ordenador, pero en conjunto, para mí, ha merecido la pena.
Enfermeras en prácticas 1930. Cortesía del blog http://www.regimen-sanitatis.com
Caso 4
Mónica L.
Ventoso Curso Experto de gestión de servicios de enfermería
Julio 2014
Introducción
En una
unidad de enfermería, tras la incorporación de un alto porcentaje de plantilla
nueva, el desaliento, la desmotivación y lo que es peor la baja calidad de
atención, comienzan a hacer mella entre el equipo de profesionales que trabajan
en ella.
Es labor de
la supervisora de dicha unidad identificar cuáles son los problemas a los que
se está enfrentando el equipo de trabajo y localizar los puntos clave en los
que deberá trabajar para lograr una calidad de atención acorde con los cuidados
de enfermería que requieren sus pacientes.
¿Qué está
pasando?
La unidad
pasa por una época estresante: demasiados cambios en poco tiempo, la
incorporación de enfermeras y auxiliares nuevas a la unidad está provocando un
aumento de las demandas de los pacientes que reclaman una mejor atención, y por
otra parte, las propias profesionales verbalizan su cansancio y agotamiento.
La forma de
conocer y plantear cuales son los problemas reales de la unidad pasa en primer
lugar por hacer una reunión del servicio de enfermería, donde los temas a
tratar deberían seguir un guión similar a este:
Qué está pasando
Porqué
Desde cuándo
Qué soluciones
proponemos
De este
modo, se debería permitir al personal canalizar sus inquietudes y su malestar, exponerlo
para poder tener una visión global del problema y sobre todo para aportar entre
todos soluciones desde el propio punto de vista, no solo de la supervisora,
sino también de los miembros del equipo.
También es
necesario que se recabe información de los propios pacientes y familiares,
encuestas de satisfacción por ejemplo, pueden servir de gran ayuda a la hora de
determinar si los problemas son solo de carga de trabajo o si también existe un
problema de actitud en algún profesional.
Soluciones
Probablemente, y esto es una
suposición ya que el caso no lo determina, los problemas que se hayan planteado
serán del tipo:
Falta de
formación
Baja experiencia
Desconocimiento
de la unidad: Protocolos, técnicas, rutina…
No se trabaja en
equipo
Sobrecarga de
tareas
Desmotivación
Luego tras analizar todos estos temas, la supervisora
deberá repasar cual es su gestión de la unidad, respondiendo a las siguientes
preguntas:
¿Se les ha
ofrecido un plan de acogida a las nuevas incorporaciones antes de comenzar a
trabajar?
Los planes de acogida son documentos que organizan el
trabajo en las unidades especificando no solo las tareas y los turnos en que se
realizan, sino también el espacio físico en el que deben orientarse los
profesionales implicados en cada una de las tareas. Aporta conocimiento y
permite ubicarse y organizarse en una unidad extraña para un trabajador recién
llegado. Hace referencia también a los diferentes protocolos que se usan en la
unidad y guía al trabajador en la rutina del servicio.
De no
existir en esta unidad sería la oportunidad perfecta para organizar un grupo de
trabajo que involucrase a los propios trabajadores para así comprometerse y
hacerles mas participativos con el trabajo diario, permitiendo aportar su conocimiento
y pudiendo organizar su trabajo de forma cómoda a sus necesidades y a las de
los pacientes. De este modo aumentaría su motivación e implicación, reduciendo
la sensación de inseguridad y de carga de trabajo.
¿Están los turnos de trabajo adecuados a la formación
y experiencia del personal para dar la mejor calidad de atención?
Es el
momento de replantearse cómo están distribuidos los turnos, si hay compañeras
fijas, es posible que con tanta nueva incorporación no se haya tenido en cuenta
la posibilidad de poner por turno compañeras de trabajo donde al menos una si
tiene experiencia en la unidad, de tal modo que si a la que se ha incorporado
mas recientemente le surgen dudas, tenga en quien poder solucionarlas.
Si el hecho
de romper parejas de trabajo entre la plantilla habitual supone un problema, se
puede plantear la situación como una circunstancia temporal hasta que todas las
nuevas incorporaciones estén mas experimentadas en la unidad. La supervisora
debe hacer entender que la calidad de atención de los pacientes debe estar por
encima de la comodidad e intereses particulares.
Si en la
unidad existen turnos fijos de mañana, o turno ordinario como se da en llamar
en mi Comunidad, sería una opción que las nuevas incorporaciones se iniciasen
en la unidad siempre en ese turno durante al menos un período de prueba, ya que
tradicionalmente es donde mas variabilidad de tareas se concentran y mas
personal veterano está disponible (incluida la supervisora) para ayudar y
tutelarlas, evitando que en turnos de tarde y de noche o en festivos, donde el
ratio de plantilla es menor, se tengan que enfrentar a situaciones complicadas
o desconocidas y no tengan a quien recurrir.
¿Podría plantearse un plan formativo en el centro
sobre técnicas y conocimiento de la unidad?
El carácter
condicional de la pregunta responde a los problemas que en ocasiones tienen las
gerencias para poder poner en práctica este tipo de iniciativas: personal
voluntario, remuneración de las horas de formación (aunque no sea económica,
que al menos "cuenten" esas horas), espacio para realizar la docencia
y sobre todo colaboración del personal implicado.
Si no se
puede realizar un plan formativo a todas luces, con talleres presenciales y
prácticas, siempre se puede hacer a pequeña escala, en las propias unidades, en
pequeños ratos que se tengan libres, tutelando las mas expertas a las mas
novatas, e incluso proponiendo a las nuevas incorporaciones que expongan como
se podrían mejorar algunos protocolos o técnicas si en su experiencia en otras
unidades se hacían de forma diferente.
De este
modo se mejoraría el trabajo en equipo, la comunicación y por supuesto la
formación y aptitudes de los miembros de la unidad.
¿Se está comunicando el personal de forma adecuada?¿Tenemos
feed back de lo que hacemos?
Debemos
adoptar espacios para la comunicación eficaz, y eso es una tarea complicada en
la gestión de una unidad, cada día, o semanalmente debemos dejar un tiempo
reservado exclusivamente a la comunicación entre los miembros del equipo fuera
de lo que es el propio cambio de turno. Pequeñas reuniones de equipo donde
poner en común las novedades de la unidad, los problemas que hay y los que se
han resuelto y dejar espacio para que el equipo exprese sus dudas, problemas o
plantee soluciones.
Conclusiones
La
incorporación de personal en una unidad, bien sea por un aumento de plantilla,
por un traslado de profesionales a causa de una OPE o simplemente por un
período vacacional, supone siempre un período de tensión en el equipo de
trabajo. La labor del supervisor es intentar hacer esa inclusión de
profesionales de la forma mas cómoda posible para todos y sobre todo mantener
la calidad de atención en los pacientes.
La tutela
de los profesionales mas inexpertos por parte de la supervisión y de los
compañeros mas veteranos, la posibilidad de acoger al profesional con talleres
y formación, la organización del servicio mediante protocolos y guías de
trabajo, así como la adecuación de los turnos para evitar situaciones tensas e
incluso peligrosas, permitiría que la llegada de un trabajador inexperto no se
convirtiese en un motivo de estrés y sobrecarga de trabajo.
Es imprescindible
la implicación de todas las partes, desde las gerencias las políticas previsoras en recursos humanos son
cruciales a la hora de evitar picos de incorporaciones noveles en un momento
determinado del año, desde los sindicatos
la flexibilidad de los contratos y ubicaciones de los profesionales ayudaría a
adaptar las mejores competencias de los profesionales a los puestos de trabajo,
desde la dirección de enfermería
trabajar en el fomento de la formación y acogida de los profesionales y en
otorgar armas de motivación a los mandos
intermedios para que estos puedan involucrar a los equipos en la adaptación
de los nuevos compañeros, y sobre todo, el pilar básico: la implicación de los propios profesionales, tanto
veteranos como inexpertos, para formar y querer ser formados para así poder dar
los cuidados de calidad y seguridad que nuestros pacientes merecen.
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