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Como algunos ya sabréis hace unos meses que me he vuelto a incorporar a mi puesto base en urgencias del hospital.
Este año que termina, ha sido un ir y venir de sensaciones, emociones y decisiones muy importantes sobre todo a nivel laboral.
Los motivos que me llevaron a dimitir el 4 Julio (#díadelaindependencia) rayaban entre las sensaciones personales y las motivaciones laborales.
Una de ellas, y uno de los puntos que presenté en mi carta de dimisión, se basaba fundamentalmente en la comunicación, mas bien en la falta de esta.
Os pego en extracto de mi propia carta de cese:
[...]La comunicación entre la dirección y los mandos intermedios ha de ser fluida y veraz en todo momento, para facilitar la comprensión por parte de los trabajadores de medidas poco populares que puedan ser puestas en práctica en el centro; facilitando la labor de los mandos intermedios en la transmisión y comprensión de las mismas por el personal de base.
Con una buena transmisión vertical de la información, se eliminaría en gran medida la comunicación informal dentro de nuestra organización, minimizando los riesgos que esta conlleva dentro de las instituciones por la complejidad de su control, así como el clima de disconfor que genera.
Toda la información relativa a las normas, órdenes y procedimientos que impliquen el control o el cambio en las labores de los trabajadores, deberían, al igual que ocurre con los protocolos de trabajo, ser públicas, accesibles y expresadas en términos de concordancia con la ley.
El acceso a toda esa información permite dar peso y credibilidad a la comunicación de los mandos intermedios y libertad a los trabajadores para cotejar, comprender y asimilar el contenido de la misma, así como para, en caso de no estar sujeta a las leyes poder rectificar oportunamente desde la dirección demostrando así compromiso y responsabilidad.
La labor de una supervisión de enfermería es la unión entre la capacidad de gestión y el liderazgo de una unidad de enfermería.
La gestión pasa por organizar y gestionar personal y material para lograr alcanzar los objetivos que persigue la organización y el equipo en el que se encuentra ubicado y asegurar una calidad de atención excelente respetando en todo momento los derechos y motivación de los trabajadores así como mantener un gasto sostenible para lograrlo.
El liderazgo de un equipo solo puede ganarse con respeto, ejemplo, transparencia y confianza.[...]
Siempre he dicho que la comunicación en las organizaciones es básica para el entendimiento entre los diferentes trabajadores, y por supuesto entre la dirección, los mandos intermedios y el resto de trabajadores.
Dicha comunicación a parte de ser fluida, debe ser en la medida de lo posible: clara, veraz, accesible y por ESCRITO.
La posibilidad de ese acceso a la información en todo momento, y que esta sea escrita, evita en gran parte los malos entendidos y que la transmisión se contamine , ya que en cualquier punto de la cadena de información se puede acceder al documento y corregir.
El miedo de algunas instituciones a escribir las órdenes que se toman, o dejar constancia de las normas o las formas de proceder es en parte el miedo a la equivocación.
¿Y si escribo esto y luego está mal? pues sencillo, se escucha, se disculpa y se corrige. A mi modo de ver es para lo que se ostenta un puesto de responsabilidad, para ser responsable, de lo que se hace, de lo que se dice y de las decisiones que se toman.
Tomar decisiones es difícil, pero tomarlas mal es peor, sobre todo cuando cierras la puerta a la posibilidad de enmendar el error en caso de que se cometa.
Escuchar comentarios del tipo... "lo que se escribe trae problemas", o "esta nota es interna, no para enseñar a los trabajadores" me encendían con mucha frecuencia. Puede que sea cierto, que las cosas escritas traen problemas, que se pueden buscar dobleces por todas parte y los tres pies al gato pueden hasta encontrarlos, pero es uno de los riesgos que se debe asumir.
En mi regreso a las trincheras me he dado cuenta de que la comunicación se está perdiendo ya desde la base misma. Hoy por hoy nos comunicamos a través de la HCE, parece que se ejerza la telesanidad, un médico en una sala dos pisos por encima pone las ordenes de ingreso del paciente que acaba de ver, nadie te avisa, nadie te comenta nada... solo silencio, y después de dos horas de estar dando zueco por la unidad, te paras a revisar historias en el ordenador, y descubres, ¡oh, maravilla! que hace dos horas que tenías que haber puesto unos sueros, un antibiótico o extraído mas analítica... demencial.
Antes de los móviles, de los ordenadores, de las HCE la única forma de comunicarse era que viniesen a decírtelo de palabra, y te peleabas porque dejasen la órden escrita para poder firmarla, ahora, tienes la orden escrita, pero nadie es capaz de hablar contigo... sobran las palabras...
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