Carmen Ferrer, enfermera y gerente del hospital de Guadarrama
en Madrid, nos expone en esta conferencia un tema interesante: La importancia
de la formación para las organizaciones y si realmente se puede considerar una
inversión de la que se obtenga un beneficio. La respuesta es contundente: Por
supuesto que sí.
FORMACIÓN COMO INVERSIÓN
Durante la conferencia nos recuerda en varias ocasiones la
relevancia de formar a los trabajadores bajo el prisma del beneficio para la
institución. Afirma que trabajadores mejor formados, darán, como parece lógico,
mejores cuidados.
Pero, ¿están las organizaciones actualmente pendientes de que
sus trabajadores se formen adecuadamente? Esta es una pregunta que nos podemos
plantear desde el punto de vista del trabajador. Si trabajamos a turnos y
conciliamos como podemos la vida familiar y laboral… ¿queda espacio para
formarnos a un coste sostenible?
Actualmente, en el servicio de salud en el que me desenvuelvo
el tiempo de formación es de "por lo menos un curso de formación cada tres
años"(1) siempre que sea del
propio sistema de salud (en el SESPA el IAAP)
y un máximo de "40 horas por año"(1) si la formación es
ajena, pero relacionada con la salud, repartidas también en un trienio. ¿Es suficiente esta formación?, ¿Se está
permitiendo a los trabajadores formarse para obtener mejores resultados en su
práctica diaria? Me atrevería a decir que no.
En el proceso de baremación de los enfermeros en el Servicio de
Salud del Principado de Asturias se da bastante importancia a la formación del
demandante de empleo y a la del opositor.
Pero si hacemos un
sencillo cálculo matemático que cualquier demandante lleva grabado a fuego,
obtiene que por cada año solo puede puntuar por 583 horas de formación(2), de las cuales, tri-anualmente
su servicio de salud cubrirá solo 40, es decir solo un 2,28% de la formación que
luego se premia en un proceso de selección de empleo, y eso, condicionado a que
trabaje el año completo.
Bien es cierto que en ese porcentaje no se incluye la formación
específica del sistema sanitario de salud (al menos en SESPA) ya que no resta
de esas 40 horas de formación, sin embargo, con un curso cada tres años, y por
mucha formación estratégica que los centros realicen es bastante evidente que
se queda corto para quienes deseen ampliar sus conocimientos. Existe una
discrepancia muy amplia entre la formación ofrecida al trabajador y la valorada
luego por la organización.
Entonces ¿verdaderamente estamos permitiendo y fomentando en
las organizaciones que los trabajadores se formen, investiguen y piensen? Lamento
volver a responderme con una negativa.
HACER O REGISTRAR, ESE ES EL DILEMA
Carmen Ferrer nos recuerda también que existen tres aspectos
importantes en el cuidados de los pacientes y la formación del personal, por un
lado los profesionales deben cumplir su misión,
el trabajo de base para el que son contratados y el cuidado por el que el
usuario confía en el profesional. Para ello es fundamental la formación
continuada: Un profesional bien formado es garantía de cuidados adecuados.
Por otro lado es básico el registro
de toda esa actividad, no solo "hacer" sino también
"registrar" para saber qué y cómo lo estamos haciendo. Expone la
importancia de una HCE integrada,
por y para el paciente, no para cada uno de los profesionales que en ella
escriben, que sea accesible para todas las categorías, sin compartimentar la
información en función del usuario que la maneje, no pueden existir registros
de enfermería por un lado, y registros médicos por otro, todo debe estar
perfectamente comunicado. Del mismo modo que el paciente es un todo, su
historia clínica también debe serlo.
Y por último hace hincapié en que la HCE es la herramienta básica
para la investigación, es el lugar
donde buscar y obtener respuestas, de ahí que sea tan importante registrar todo
lo que hacemos y sobre todo "como" lo hacemos. Por poner un ejemplo:
de nada sirve tener un registro que diga "hecha cura de talón" si no
tenemos reflejado exactamente qué tipo de cura, con qué apósito o medios. Un
buen registro, permitirá que aquellos que se pregunten cómo hacer las cosas
mejor, puedan investigar si los apósitos que se emplean (por seguir con el
ejemplo) son los adecuados para ese tipo de cura, y de no serlo, buscar las
causas y corregirlo.
Bien es cierto que es trabajo de las direcciones y los mandos
intermedios inculcar la cultura del registro, aportar valor a esa entrada de
datos explicando a los trabajadores las implicaciones que tiene. Una buena
comunicación entre la dirección y los trabajadores, permite alinear a todo el
equipo hacia una meta común, compartiendo la importancia que tiene
posteriormente el realizar un registro adecuado de todo lo que se realiza.
INVESTIGACIÓN Y EVIDENCIA
Las organizaciones que no se cuestionan ni se hacen preguntas, no avanzan y la razón, nos explica la
conferenciante, es porque aquellas organizaciones que se cuestionan y preguntan
GANAN. Ganan en seguridad, ya que
evitan cometer errores del pasado al cuestionarse el cómo, y ganan en
eficiencia, ya que cuestionándose ¿porqué? se encuentran alternativas a los
métodos actuales, que sean mejores y mas eficientes.
La evidencia nos aporta
valor, nos indica el camino a seguir para obtener un resultado, a sabiendas de
que no vamos a perder tiempo, esfuerzo ni recursos extras para obtenerlo, es
como un mapa optimizado para ir de A hasta B.
La investigación no debe parecer un impedimento en las
organizaciones sino mas bien una ayuda a bajo coste que los trabajadores
aportan para el bien común.
También es cierto, que como comenta ella misma (gerente de un
hospital), las direcciones son "duras de oído" y les cuesta mucho
aceptar a la primera de cambio, por mucha evidencia que se presente, cambios en
la metodología de trabajo, sobre todo, añado yo, si el inicio del cambio supone
un coste económico no planeado.
CONCLUSIONES
Como conclusión final Carmen Ferrer nos deja una frase que es
la que inspira el título de este resumen "Necesitamos permitir a los
trabajadores PENSAR".
Son los profesionales sanitarios que están a pie de cama, los
que ven la evolución de los pacientes, los que aplican los métodos consensuados
(o no) de los centros y son por tanto los que se "paran a pensar"
porqué sirven o no esos métodos y si existen alternativas que mejoren la
calidad de atención de los pacientes o incluso la de los propios profesionales.
La formación y por extensión la investigación y aplicación de
la evidencia científica, es el único camino a seguir para lograr un sistema
sanitario eficiente y eficaz. Todos y cada uno de los que componemos ese
sistema nos hacemos preguntas cada día sobre la práctica clínica que
desarrollamos, e incluso, unos pocos logran preguntarse si de otro modo, se
pueden hacer las cosas mejor. Permitir por tanto ese espacio para pensar, para
formarse y para adquirir nuevas competencias, es labor de las organizaciones y
de sus directivos, que lograrán una gestión eficiente siguiendo ese camino.
Yo misma repito muchas veces una máxima en mi organización:
"Si queremos ahorrar, primero debemos invertir"
BILIOGRAFÍA
1. http://www.asturias.es/bopa.
BOPA núm. 217 de 18-ix-2013 [Internet]. 2013. Available from:
http://www.sicepa.es/documentos/pactos_legislacion/Reglamento%20de%20Jornada,%20horario,%20vacaciones%20y%20permisos..pdf
2. Boletin Oficial del Principado de Asturias.
BOPA núm. 151 de 1-VII-2014 [Internet]. 2014. Available from:
https://sede.asturias.es/bopa/2014/07/01/2014-11447.pdf
3. Enfermeros de La Fe diseñan un nuevo sistema
para inyectar quimioterapia - Levante-EMV [Internet]. [cited 2015 Feb 16].
Available from:
http://www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2015/01/07/enfermeros-fe-disenan-nuevo-sistema/1209100.html
4. CODEM. Inventada por un enfermero, la válvula
anti-desecho de sangre [Internet]. Available from:
http://www.codem.es/Canales/Ficha.aspx?IdMenu=c56efd9c-383b-4591-b7e0-26d9677a6de5&Cod=a260fc38-597e-4a2b-804d-610adc0da887
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