Estas semanas pasadas ha llegado la nueva "hornada" de personal para cubrir vacaciones en el quirófano.
Muchas son las cosas que queremos explicarles, que queremos que dominen, que queremos que tomen conciencia de la importancia que tiene... pero qué poco es el tiempo que tenemos para ello.
Qué dificil es a veces que la plantilla recién llegada entienda la importancia de asumir responsabilidades, de no ser osado, de preguntarlo TODO antes de hacer las cosas sin certeza, de ser prudente... y qué dificil que entiendan que si bien vas a hacer todo lo posible por ayudarles y enseñarles, también vas a exigirles lo mismo que a las veteranas, pues el sueldo es el mismo para todas.
El viernes cesó una de ellas que había pasado fugazmente por una baja, y este lunes me he encontrado en la bandeja de entrada de mi correo electrónico, un mail de agradecimiento por el tiempo invertido en ella, nuestros consejos y nuestro cariño, terminó diciendo:
Cuando vuelva a trabajar en quirófano no dormiré la noche antes, pero gracias a vosotras iré más tranquila.Me hizo esbozar una sonrisa... ¡ y qué mayor me hizo sentir de repente !
Merece la pena, al menos me hizo sentir que merece la pena, las horas invertidas, las tardes de salir tarde para quedarse a explicar cosas, el montón de fotocopias de técnicas y los pen-drive que les copié con los protocolos y las técnicas que tenemos... nuestros pequeños tesoros que compartimos con todo el que quiere aprender.
Y qué orgullosa me sentí de mi equipo, que aunque "quejonas", porque todas somos unas quejonas, al final incluso con el ceño fruncido sueltan un... -a ver, ven p'acá... mira esto se hace...- e inician una explicación llena de paciencia y cariño, porque recuerdan lo que cuesta empezar, y lo agradable que era que alguien te explicase las cosas con un poquito de mano izquierda.
Cuesta mucho afrontar cada verano, gente nueva, más trabajo, volver a explicarlo todo de nuevo... pero compensa cuando pasa el tiempo y el eventual se convierte en habitual, y trabaja codo con codo contigo dándote la seguridad de trabajar con un profesional.
El verano pasará, y algo de nosotras quedará en ellas, algunas seguirán viniendo por el hospital, y quizá otras consigan otros contratos en otros centros y les perdamos la pista, pero espero que todas ellas, cuando vuelvan a trabajar a un quirófano, no duerman la noche antes... pero gracias a nosotras vayan más tranquilas.
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